La
desafinación es una de las cuestiones vitales para los guitarristas,
tanto amateur como profesionales. Comenzamos hoy una serie de artículos
técnicos en los que espero compartir mis conocimientos en materias que
considero bastante oscuras para la gran mayoría de los guitarristas.
Incluso si tienes conocimientos creo que pueden suponer una ayuda extra o
bien un inicio para debates técnicos en los foros. Siempre intentaré
darle un tratamiento científico (aunque entendible) hasta donde pueda
llegar. Creo que para muchos de vosotros pueden resultar un poco
farragosos pero,cuando extraigamos conclusiones y práctica, serán un
punto de partida inevitable. Una de mis intenciones con estos artículos
es ser capaz de dar un poco de luz a esas materias oscuras e
inexplicables. Mis conclusiones son siempre rebatibles por cualquiera y
no son más que opiniones. NUNCA INTENTO HACER DOGMAS DE FE
y no solo acepto las críticas sino que además las agradezco. Si existe
entre los foreros algún físico, ingeniero industrial o similar creo que
incluso podríamos aprender de sus opiniones. En mi opinión, la
desafinación de las guitarras es la materia en la que existe mayor
desconocimiento, mitos y teorías equivocadas. Hay también trucos que son
verdaderos aunque no se sabe por qué razón exacta funcionan. Comencemos
pues con la materia. ¿Porqué se desafinan las guitarras?...
Entenderemos la desafinación como el hecho de dar una tensión
determinada a cada cuerda (afinarla) y que al cabo de un rato de tocar,
la tensión (o afinación) haya variado siendo necesario a accionar las
clavijas. En el artículo que nos ocupa nos centraremos en guitarras
tradicionales (sin puentes tipo “Floyd Rose”) y dejaremos los trémolos
aparte. Pensemos por ejemplo en una Gibson Les Paul o Fender Telecaster
por el momento.
La desafinación se produce por la fricción que hay en la cejuela y variaciones en la tensión en distintos puntos de la cuerda. Entendamos mejor estos conceptos. En el gráfico 1 podemos ver una guitarra (esquemática) vista de lado. La cuerda sale de la clavija de afinación, se apoya en la cejuela, sigue hasta el puente y se termina en el anclaje al cuerpo.
La desafinación se produce por la fricción que hay en la cejuela y variaciones en la tensión en distintos puntos de la cuerda. Entendamos mejor estos conceptos. En el gráfico 1 podemos ver una guitarra (esquemática) vista de lado. La cuerda sale de la clavija de afinación, se apoya en la cejuela, sigue hasta el puente y se termina en el anclaje al cuerpo.
En el gráfico nº2 se han señalado tres partes de tensión de la cuerda, siendo A la que va desde la clavija hasta la cejuela, B la parte que va desde la cejuela al puente y C la que va desde el puente hasta el anclaje.
La parte B de la cuerda es la que escuchamos al tocar la guitarra y la que intentamos afinar en una determinada nota con el afinador electrónico. La parte B de la cuerda es la más importante sin duda pero ¡no debemos olvidar las otras partes!..
La Parte C de la cuerda la omitiremos en la siguiente explicación para simplificar y porque suele ser menos importante en la realidad (omitimos trémolos como los Bigsby, donde sí que sería muy importante…..).
Centrémonos en la parte A y B por sí solas en el gráfico 3.
En el gráfico 3 se han omitido todos los elementos innecesarios para una mejor
comprensión Solamente tenemos la cuerda (divivida en A y B) y la cejuela
(el triángulo). La clavija y el puente se han omitido. Las partes A y B
de la cuerda simulan una ligera torsión que en la realidad estaría
causada por la gravedad, pero en la explicación sirve únicamente para
que imaginemos mejor la tensión que tiene cada parte de la cuerda. En la
realidad podemos tocar la parte A y B de la cuerda y extraer distintas
notas la parte A muy aguda y la parte B la nota normal que da la cuerda.
La variación en afinación se produce por la distinta longitud de la
cuerda, la tensión es aproximadamente la misma a ambos lados. Cuando
afinamos una guitarra giramos la clavija de afinación para tensar o
destensar la cuerda. Nuestra intención es la de conseguir que el punto B
tenga una tensión concreta, pero olvidamos que existen dos elementos
más: la parte A de la cuerda y la cejuela, donde existe fricción, que
altera los resultados. Al tensar la clavija de afinación se tensa la
parte A de la cuerda, pero la parte B, por culpa de la fricción apenas
se entera de ese cambio de tensión.
El gráfico 4 nos muestra como la parte A está más tensa que al principio (porque
está recta), pero la parte B está en la misma tensión que al principio.
Esta situación seguro que la habéis vivido. Estáis afinando la guitarra,
empezáis a girar la clavija pero la nota no quiere subir. La mayoría de
vosotros habréis pensado que vuestras clavijas son malas, pero las
pobres no tienen normalmente la culpa. La
siguiente situación suele suceder así (ver gráfico 5): como hemos
girado la clavija y la nota no ha subido ,giramos la clavija aún más
para conseguir que la nota llegue donde deseamos.. Al hacer esto, la
parte A de la cuerda se tensa en extremo para conseguir que la parte B
se tense un poco más. Nuestra enemiga, la fricción, es la que produce
este efecto. En el gráfico se puede observar que la parte B se ha
tensado un poco respecto a la situación anterior. Pero la parte A tiene
ahora una tensión excesiva.
En el gráfico 5
se muestra la parte A con una tensión muchísimo más fuerte que en la
parte B que por fín se ha tensado hasta donde queríamos al afinar. Hasta
aquí el guitarrista feliz con su cuerda afinada. Comienza a tocar y,
misteriosamente, al hacer un bending que en teoría debiera destensar la
cuerda en todo caso sucede exactamente lo contrario. La cuerda se
desafina misteriosamente hacia arriba. Parace incomprensible que
haciendo un bending la cuerda se pueda tensar más de lo que estaba,
desafía los principios de la lógica. La explicación es la siguiente.
Para comprenderlo veamos el gráfico 6A y 6B.
Espero que hayamos comprendido el porqué se produce la desafinación. Ahora comprendamos los factores que afectan a la gran enemiga, la fricción en la cejuela.
La fricción en la cejuela se produce por diversos factores, siendo los más importantes:
1.- El ángulo de presión de la cuerda
2.- El dibujo que ejerza la cuerda sobre la cejuela
3.- La posible lubricación en los surcos
4.- El material de la cejuela. (Excluyo las de rodamientos por el momento)
1.-
El ángulo de presión de la cejuela es uno de los factores más
importantes. Cuanto mayor es el ángulo, mayor es la fricción. El ángulo
de presión influye tanto en vertical como en horizontal. Respecto al
ángulo vertical: toda guitarra necesita de un ángulo mínimo de presión,
de lo contrario la cuerda no se apoyaría con fuerza en la cejuela y el
sonido sería muy pobre. Las guitarras Fender suelen llevar una guía de
cuerdas en las cuerdas 1ª y 2ª (en ocasiones también 3ª y4ª) para que
las cuerdas se apoyen lo suficiente en la cejuela. Las guitarras Gibson
llevan un ángulo en la pala para conseguir éste mínimo apoyo. Existe una
dualidad entre calidad de sonido y estabilidad de afinación. Cada
fabricante escoge el ángulo de presión según su criterio.
La otra forma de ángulo es la horizontal, que no tiene una finalidad práctica y es sólo consecuencia del diseño estético de la pala de la guitarra. En las guitarras Fender éste ángulo es 0, las cuerdas van directas hacia el poste de la clavija de afinación. Ver gráfico 7.
La otra forma de ángulo es la horizontal, que no tiene una finalidad práctica y es sólo consecuencia del diseño estético de la pala de la guitarra. En las guitarras Fender éste ángulo es 0, las cuerdas van directas hacia el poste de la clavija de afinación. Ver gráfico 7.
En las guitarras Gibson el ángulo es variable: entre casi 0 para las cuerdas 1ª y 6ª y bastante amplio para las cuerdas 3ª y 4ª que suelen ser por esto las que mayor problema de afinación dan (gráfico 8).
El
ángulo recto es sin duda ideal sin ninguna otra contraindicación. La
estética de las palas es la causa de que se eligan diseños que hacen que
la guitarra afine peor.
En
mi opinión, los diseños de palas grandes (como la mayoría de guitarras
de Jazz o algunas BC Rich) son mucho más problemáticos para conseguir
una afinación estable. La parte científica es así, pero en la parte
estética también me gustan las Benedetto, D' Angelico y las BC Rich
Warlock con sus palas respectivas. La decisión final es vuestra…
2.-
El dibujo que ejerce la cejuela lo establecen los surcos de la misma.
La cuerda debe repartir el apoyo a lo largo de toda la cejuela. Si
tallamos un surco con aristas (tanto en vertical como en horizontal) la
fricción será mucho mayor.
En el gráfico 9 se explica la fricción vertical. La cuerda debe dirigirse hacia la clavija sin que se produzcan aristas dentro de la cejuela.
En el gráfico 10 se
muestra la fricción horizontal en la cuerda 4ª de una Gibson Les Paul.
Si se talla en recto (de las dos maneras posibles) la fricción será muy
alta, mientras que si conseguimos una curvatura minimizaremos la
fricción.
Hasta aquí bastante sencillo de explicar, pero una de las mayores dificultades del luthier es la de labrar un surco suave en ambas direcciones (vertical y horizontal). Parece fácil pero requiere de suma destreza conseguirlo con una lima. Existen métodos para suavizar los surcos después de usar la lima, pero la base la realiza la segunda. Siendo un poco presuntuoso diré que tallar los surcos es un arte…..
Hasta aquí bastante sencillo de explicar, pero una de las mayores dificultades del luthier es la de labrar un surco suave en ambas direcciones (vertical y horizontal). Parece fácil pero requiere de suma destreza conseguirlo con una lima. Existen métodos para suavizar los surcos después de usar la lima, pero la base la realiza la segunda. Siendo un poco presuntuoso diré que tallar los surcos es un arte…..
3.-
Una vez hemos realizado el surco correctamente, los lubricantes
ayudarán a minimizar la fricción. Entre los lubricantes más conocidos
por los guitarristas están la mina de lapicero (un truco muy antiguo) y
el teflón liquído y sus sucedáneos (como el nut grease, big bends, etc).
Todos ellos ayudan a que la guitarra mantenga mejor la afinación.
4.-
El material de la cejuela es sumamente importante. Existe un gran
debate y oferta de materiales para las cejuelas. Mi experiencia y
opinión puede ir un poco contracorriente y acepto opiniones contrarias.
Respecto al material hay varios factores de importancia:
Dureza: Cuanto más duro es un material, más brillo ofrece al sonido, lo cual, suele ser preferible aunque depende de gustos.
Facilidad de trabajo:
La facilidad de trabajo influye en la afinación. Cuanto más difícil de
trabajar sea un material, mayores problemas nos dará para realizar esos
surcos suaves y con formas voluptuosas que hacen que la cuerda deslice
mejor.
Coeficiente de fricción:
Es un factor muy esgrimido pero que discutiré en profundidad más
adelante. Cuanto menor sea el coeficiente de fricción mejor será la
estabilidad. Los fabricantes de grafito alegan una estructura molecular y
bla bla bla ... seguro que es cierto, pero creo que hay más factores…
Estos
son los materiales más habituales para hacer cejuelas. El material
también influye en el sonido, cuanto más duro suena más brillante y
viceversa. Excluyo el marfil por ser ilegal (prohibición que apoyo pese a
todas sus buenas propiedades) así como las de rodamientos; hasta una
breve conclusión al final del artículo. Estos son lo materiales
habituales (de mayor a menor dureza)
- Bronce: El material más duro, se trabaja muy mal debido a su gran dureza. Puede preformarse en molde.
- Hueso de fémur de vaca: Material de extraordinaria dureza, se labra bien y no puede preformarse en molde.
- Micarta: Sintético empleado por Gibson, Martin y muchos otros fabricantes. Material de alta dureza, fácil labranza y posibilidad de ser preformado en molde.
- Plástico: dureza entre blanda y media, labranza complicada, no por su dureza sino porque tiende a atascar las limas de trabajo, aunque se pueden preformar en molde, lo cual simplifica el proceso y explica su extendido uso.
- Grafito y similares (Graphtech,Tusq etc): Material blando (al menos el empleado para hacer cejuelas), se labra con facilidad y puede preformarse.
- Delrin: Material ultrablando de incómoda labranza porque atasca las limas.
- Hueso de fémur de vaca: Material de extraordinaria dureza, se labra bien y no puede preformarse en molde.
- Micarta: Sintético empleado por Gibson, Martin y muchos otros fabricantes. Material de alta dureza, fácil labranza y posibilidad de ser preformado en molde.
- Plástico: dureza entre blanda y media, labranza complicada, no por su dureza sino porque tiende a atascar las limas de trabajo, aunque se pueden preformar en molde, lo cual simplifica el proceso y explica su extendido uso.
- Grafito y similares (Graphtech,Tusq etc): Material blando (al menos el empleado para hacer cejuelas), se labra con facilidad y puede preformarse.
- Delrin: Material ultrablando de incómoda labranza porque atasca las limas.
Toda
esta teoría la he tenido muy en cuenta en mi carrera profesional, pero
en la práctica, y según fui teniendo más destreza al labrar cejuelas fui
viendo que el hueso me daba los mejores resultados en cuanto a
estabilidad de afinación. Parecía que estaba desafiando los principios
científicos. Me guio mucho por la intuición y me gusta pensar por qué
suceden las cosas. De alguna manera me imaginaba qué sería más
resbaladizo. Para hacerme una idea pensaba en unos zapatos de suela de
metal (material de la cuerda) y yo andando sobre una plancha de hueso
pulido, bronce pulido, plástico o grafito. De alguna manera me imaginé
las cosas con cristal pulido o diamante, que son durísimos. Pensando en
el suelo sin lubricar, el grafito me parecía resbaladizo, pero al pensar
en cristal con grasa no dudaba de que debía ser más resbaladizo que
ningún otro. Durante un tiempo dí por cierto este vago razonamiento y
asumí que el hueso pulido con lubricante era lo mejor en materia de
estabilidad de afinación. Cuando ya tenía la intención de publicar el
artículo comencé a documentarme un poco más respecto al coeficiénte de
fricción y encontré sorprendentes resultados (algunos en mi contra ).
Existen dos tipos de fricción, la fricción seca (sin lubricar) y la fricción lubricada. Mi sorpresa fue ver que los materiales sintéticos tenían una fricción muy baja en seco, pero que lubricados su coeficiente se quedaba prácticamente en lo mismo. Vamos a ver esta tabla:
En
la tabla he incluido el diamante para llevar la dureza al mayor
extremo, no porque sea factible hacer una cejuela de diamante. El
material 1 sería la cejuela y el material 2 sería la cuerda (excepto la
última casilla que es de puro estudio). Tras examinar la tabla, podemos
comprobar como los materiales duros, en seco, tienen un coeficiente
mucho mayor. Al lubricarlos mejoran enteros. La interpretación de la
tabla que hago desafía un poco a los científicos. Para empezar, algunas
de mis intuiciones eran ciertas, los materiales duros con lubricante
resbalan mucho más, pese a ello el grafito sigue pareciendo mejor. Hasta
aquí me debiera dar por rendido y volver al grafito… Todavía no, estoy
en desacuerdo respecto a que el grafito no mejora nada con lubricación,
mejora menos que el hueso, pero ¡algo mejora!. Existen otros datos que
deben analizarse para explicar el porqué de mi insistencia. El grafito
se presenta en muchas durezas, siendo el de las raquetas de extrema
dureza y el de las cejuelas bastante más blando. Imagino que a mayor
dureza menor coeficiente, luego la tabla debería ser reinterpretada tal
vez. Asimismo, para hallar la fricción: a mayor superficie menor
fricción. Si un material se termina de forma rugosa tendrá más fricción
que si se termina de froma lisa / brillante. Ver gráfico 11.
En el gráfico 11
se puede ver en la parte superior una tabla gris que desliza sobre la
blanca lisa, es evidente que la superficie es mayor y por eso hay menos
fricción. En la figura inferior se ven las mismas tablas pero ahora la
blanca tiene un acabado rugoso que reduce la superficie de apoyo y por
tanto incrementa la fricción.
Al tallar las cejuelas de grafito, por más que se pulan, el resultado no es demasiado brillante. En cambio el hueso puede pulirse hasta quedar con aspecto superbrillante. Un material bien pulido desliza mejor que uno rugoso por el principio de la superficie. ¿Está tal vez ahí la respuesta? De momento creo que sí, al menos para un pseudo-científico como yo.
Mi conclusión es la siguiente (puede ser contrariada por cualquiera) El hueso o el bronce bien tallados (bastante difícil) pulidos y lubricados mantienen mejor la afinación.
Los materiales sintéticos se labran mejor y perdonan más hacer los surcos mal, por eso son empleados en fábrica, sin lubricante afinan mejor, pero el lubricante no los mejora tanto como el hueso o el bronce.
He excluido las cejuelas de rodamientos para tratarlas en otro artículo aparte. Las cejuelas de rodamientos son excelentes para la estabilidad, pero sólo sirven para un radio en concreto de mástil (Fender LSR para 9.5 pulgadas) y suelen suponer una modificación irreversible además de sonar demasiado brillantes(el material de apoyo es acero). Por si fuese poco, no existe ningún modelo comercial para diseños de pala estilo Gibson / Grestch, etc, que serían las mayores beneficiadas. No estoy en contra de ellas y las monto con relativa frecuencia, pero reitero que su discusión será ya en otro artículo… Es muy importante una cosa; recuerda que muchas de mis conclusiones no son firmes y están abiertas a debate. Si tu luthier elige el grafito, micarta o lo que sea, no le marees con mi artículo, puesto que empleará el material que considere que le afina mejor y es su responsabilidad como la mía emplear este u otro material. Bastante difícil y mal pagado es hacer una cejuela como para que nos incordien con artículos de opinión como este…
Al tallar las cejuelas de grafito, por más que se pulan, el resultado no es demasiado brillante. En cambio el hueso puede pulirse hasta quedar con aspecto superbrillante. Un material bien pulido desliza mejor que uno rugoso por el principio de la superficie. ¿Está tal vez ahí la respuesta? De momento creo que sí, al menos para un pseudo-científico como yo.
Mi conclusión es la siguiente (puede ser contrariada por cualquiera) El hueso o el bronce bien tallados (bastante difícil) pulidos y lubricados mantienen mejor la afinación.
Los materiales sintéticos se labran mejor y perdonan más hacer los surcos mal, por eso son empleados en fábrica, sin lubricante afinan mejor, pero el lubricante no los mejora tanto como el hueso o el bronce.
He excluido las cejuelas de rodamientos para tratarlas en otro artículo aparte. Las cejuelas de rodamientos son excelentes para la estabilidad, pero sólo sirven para un radio en concreto de mástil (Fender LSR para 9.5 pulgadas) y suelen suponer una modificación irreversible además de sonar demasiado brillantes(el material de apoyo es acero). Por si fuese poco, no existe ningún modelo comercial para diseños de pala estilo Gibson / Grestch, etc, que serían las mayores beneficiadas. No estoy en contra de ellas y las monto con relativa frecuencia, pero reitero que su discusión será ya en otro artículo… Es muy importante una cosa; recuerda que muchas de mis conclusiones no son firmes y están abiertas a debate. Si tu luthier elige el grafito, micarta o lo que sea, no le marees con mi artículo, puesto que empleará el material que considere que le afina mejor y es su responsabilidad como la mía emplear este u otro material. Bastante difícil y mal pagado es hacer una cejuela como para que nos incordien con artículos de opinión como este…